Un accidente de motocicleta le quitó a Steve Holbert la posibilidad de caminar hace varios años. Hoy, gracias a una innovadora investigación, un equipo robótico no invasivo instalado sobre su cabeza, puede recibir los comandos de las neuronas de su cerebro para que sus piernas se muevan, y dar sus primeros pasos.
El diseño, que aún está en desarrollo, fue creado por un grupo de investigadores y liderado por el mexicano Jose Luis Contreras Vidal de la Universidad de Houston. Consiste en un gorro cubierto por electrodos que permite a los pacientes con parálisis o daños neurológicos ordenar el movimiento de una especie de esqueleto exterior o robot, para que este se mueva llevando al paciente consigo.
La ventaja del dispositivo auxiliar es su capacidad de grabar las señales de los nervios y decodificarlos fuera del cráneo, una alternativa que no era posible antes de este estudio, ya que era necesaria una cirugía invasiva para implantar los electrodos en el cerebro.
“Se había pensado hasta hace poco que era imposible sino muy difícil extraer información del cerebro con sensores colocados afuera de la cabeza, y lo que hemos descubierto es que, si capturamos la orquesta neuronal, toda la actividad coordinada de millones de neuronas dentro de la cabeza, es posible, escuchando esta orquesta, extraer las señales de intención y de movimiento”, dijo el profesor Contreras.
El equipo de Contreras Vidal espera que esta ambiciosa tecnología permita que las personas con un derrame cerebral o una amputación sean capaces de recuperar el control del movimiento no solo de sus extremidades paralizadas sino controlar por medio del pensamiento brazos y piernas artificiales.
El diseño, que aún está en desarrollo, fue creado por un grupo de investigadores y liderado por el mexicano Jose Luis Contreras Vidal de la Universidad de Houston. Consiste en un gorro cubierto por electrodos que permite a los pacientes con parálisis o daños neurológicos ordenar el movimiento de una especie de esqueleto exterior o robot, para que este se mueva llevando al paciente consigo.
La ventaja del dispositivo auxiliar es su capacidad de grabar las señales de los nervios y decodificarlos fuera del cráneo, una alternativa que no era posible antes de este estudio, ya que era necesaria una cirugía invasiva para implantar los electrodos en el cerebro.
“Se había pensado hasta hace poco que era imposible sino muy difícil extraer información del cerebro con sensores colocados afuera de la cabeza, y lo que hemos descubierto es que, si capturamos la orquesta neuronal, toda la actividad coordinada de millones de neuronas dentro de la cabeza, es posible, escuchando esta orquesta, extraer las señales de intención y de movimiento”, dijo el profesor Contreras.
El equipo de Contreras Vidal espera que esta ambiciosa tecnología permita que las personas con un derrame cerebral o una amputación sean capaces de recuperar el control del movimiento no solo de sus extremidades paralizadas sino controlar por medio del pensamiento brazos y piernas artificiales.
Según Robert Grossman, Director del Instituto de neurología del Hospital Metodista de Houston, esperan con la investigación llegar al punto de que el control de los pensamientos maneje al robot y se pueda predecir la intención de movimiento del usuario.
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